Yo sigo amando sin ser amado
y amo tiernamente siempre acariciando,
no me importa derramar amor
porque mi ser querido sin límites amo.
Amo la mujer que mantiene aquel
sentimiento dilecto y prolongado
con la misma fe de querer tanto
al objeto querido e idolatrado,
dentro del alma y más allá
de los apetitos de los cuerpos
que por ellos claman sin pensar
en el fruto que le pueda dar
a su amado y compartirlo amándolo.
Ella y él se aman sin pensar
en los placeres que dan los cuerpos humanos,
es sólo la pura contemplación mutua
que evocan los sentimientos espiritualizados
con las fuerzas poderosas que te empujan
con ansias locas de querer tanto.
Esta es la unión perfecta de amar
y ser amado sin macula cual atracción mutua;
y para aquel ser solitario que ama sin ser amado.
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