sábado, 30 de julio de 2016

            LA DIOSA DE MI ALBORADA

Qué feliz ángelus mío
cuando la luna asomaba,
y al sentir tu voz tan tierna
y el candor de tus palabras,
entonces alcé mis ojos
y vi nacer tu alborada,
y en ella nació una diosa
la más bella de las damas.
:
Tú eres mi ángel celeste,
la cumbre de mis montañas,
la nebulosa florida
y mi Afrodita del alma.
:
Cuánto yo pues te daría
por besar tus trenzas largas,
y tus manitas de seda
y a tu boca inmaculada,
y a tus retinas de lirio
y cuello de espuma blanca,
tus pechos de leche y miel
que son mis uvas y parras,
mas tu ombligo de zafiro
y tu pubis de esmeralda,
con tus muslos de canela
que a mis pupilas embriagan,
y a mis manos las enreda
porque son de seda y plata,
y encienden mis cordilleras
y nunca me las apagas,
y yo quiero que tu sepas
que me quemas las entrañas,
por la luz de tus pupilas
por las uvas de tu para,
por esos cabellos tuyos
para embelesar mi cara,
con mis labios y mis dedos
y todas las mis membranas.
:
Cuántos cielos te daría,
cuantos mundos y galaxias
por un solo beso tuyo,
con pasión enamorada
brillando tus lindos ojos,
como la luna del alba
luego fundir nuestras bocas,
en las taciturnas playas
dormirte bajo la sombra,
donde el silencio se calla
y encima de tus columnas,
donde los besos se ensalzan
y la pasión se desboca,
en dulces y sabrosas llamas
y rompe el grito fecundo,
sobre la cueva volcánica
y tú te quedas tan quieta,
al sentir la bocanada
dentro de tu mausoleo,
y tu deseo se acaba
dándome un dulce besote,
por ponerte enajenada
y dejarte satisfecha,
por la jubilosa danza
que tu galán encendido,
quedando muerto y rendido
con la más hermosa dama,
de todos los hemisferios,
y de todas las galaxias,
la bella hurí del mundo,
en mi pecho idolatrada
y en mi espíritu querida,
y esculpida en mi alma
como la bella “Afrodita”,
la perfecta de las damas.

-
Adiós amada mía,
adiós perla dorada,
ven pronto a verme un día
porque el vivir se aparca,
y jamás podremos vernos
porque la vida se acaba,
y jamás serás la diosa
la diosa, de mis moradas.
Me gusta
Me encanta
Me asombra
MI ENAMORADA 


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          EL SUEÑO
                   
      Dime tu querido sueño,
      ¿por qué tengo que soñar
las cosas que yo no quiero?
                   
     Yo sé que vives en mi
       y en tu poder me sujeto,
       a que me muestres caminos
caminos que no deseo.

Hay otro sueño que es lira
lirismo del sentimiento,
que te devora dormido
y te devora despierto.

Y nada tienes que hacer
con las cosas del deseo,
mas  no queriendo quierer
sacias el hambre del cuerpo.

Si las quimeras son brisas
y los sueños son los vientos,
dejadme soñar despierto
todos los sueños que pienso.


     ¿Por qué me acercas las sombras
     y me separas los cielos?

¿Y por qué he de beber
ciertos vinos que no bebo?


Tu me brindas verde valles,
y de flores los senderos
y de espumas los caminos
y de amores mis consuelos.



Otras veces me trasladas
a las fosas del infierno
a ver los ríos de sangre
y el gran aspeto dantesco.


A veces sueñas con cosas
que no tienen fundamento
y pierdes el eslavón
y enlazas en otro sueño.


Cuando yo vivo soñando
nunca sé si estoy durmiendo
o totalmente dormido,
pero siempre es la memoria
quien le pregunta al cerebro:
¿Cuantos sueños he soñado
y cual ha sido el primero?



Unos los recuardas antes,
otros los recuerdas luego,
y vas pensando y pensando
y te aparecen más sueños
algunos los ves sociables
mas otros los ves grotescos,
y como sigas pensando
te aparecerán nuevos sueños
uno que no recordabas
quien sabe ya cuanto tiempo
y piensas por qué soñaste
y que algo viene a cuento,
de aquel personaje culto
o de aquel personaje necio.

A veces pienso despues

otros un poco más serios
cuando sentado y despierto,
 siempre te vas con tus musas
vas con el cerebro
                          
        A veces yo sin querer
no quiero pensar y pienso
pienso que no he de pensar
en cosas que no deseo.



                   
                    

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