viernes, 23 de febrero de 2018


LOS TEMPLOS SOBERBIOS

Vanidad de vanidades son vuestros ejemplos,
vuestros caminos de sombras,
que sobre las cimas del mundo
se ven los templos soberbios.
La fantasía de estrellas
glorificais los necios sueños,
y sois constructores de lujurias
y autores de abusos y tormentos.
Sois la impiedad cometida en las tragedias,
sois sembradores de fuego y autores sois
de los escandalosos fusilamientos.
Habeis derramado la sangre de incontables pechos
y sobre el camino santo habéis sembrado los venenos.
Sois los fundadores e ingenieros de los ejércitos,
vosotros,los guerreros, vosotros contratistas de cementerios.
Vosotros sois propietarios y dueños de las leyes
del favor y de los mejores y fantásticos y de todos los errenos,
sois amos de esta bola de arcilla y no de vuestros pueblos.
El hambre hace temblar la tierra y los niños siguen muriendo.
Los esqueletos cubren los campos y no se acaba el infierno.
Mas allá de los ocasos
está el dolor de los pueblos
también está el desconsuelo,
de todos los poderosos
que pasan sin escuchar
el gran llanto de los presos.
Torres de vanidad se hallan en vuestros campamentos
y la fuerza del aplauso y de vuestros consejos
se unen a las huestes de otros y a los distintos ejércitos.
Cuantos hombres viven en el mundo teniendo a las estrellas de techo victimas son de mercaderes avaros, y de los verdugos secretos.
Estos son los pobres que moran en estepas solitarias y en los campos cerrados con alambres de hierro, estos son nuestros pobres que muchos de ellos ya no tendrán regreso.
Sufren el tormento asolador de la miseria y del abandono en esteuniverso. ¡Ay, Altísimo poder, hasta cuando el hombre en este mundo seguirá fabricando venenos!
Que tragedia tiene la tierra y que volcán de bombas tiene el cerebro.
Apartaos de mi, malditos, os dirán
cuando llegue el nuevo sol de regreso.
Porque ni políticos, ni atómicos, ni científicos, ni maestros
ni tan poco eclesiásticos, ni filósofos, ni ingenieros,
ni los más grandes poderosos que encierra el universo,
podrán huir jamás de los ojos del Verbo.
Jamás podrán escapar de todos sus hechos
y del Santo Juicio que se ha de celebrar en los mundos etéreos