En la huerta de mi tía
hay una bestia salvaje,
que a todas horas del día
se oye su bandalaje;
desbarata y desafía
cuando le falta el dopaje
No tengo porque deciros
lo que siento en mis lamentos,
ni tampoco lo que dicen
mis queridos sentimientos;
si van con mi alma vivos
o van con mi alma muertos.
Qué raro tengo el sentido
en los momentos de furia
aunque mi alma procura
ser más dulce que Cupido
no hallo pues la cordura
de ser el hombre sumiso.
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