viernes, 10 de julio de 2015




LA VISIÓN DE UN SUEÑO


Tiento a tiento fui entrando
entre los brazos del aire,
y me llevó por las sombras 
y por las puertas de nadie.




Y vi los pasillos tristes 
y los espíritus mansos, 
separados de la luz
y libres por los espacios.




Y vi el negro silencio
que vagaba solitario, 
y el tiempo con sus arrugas, 
carcomido y en tono pálido.



Seguí en brazos del aire
besando bellos retablos,
para borrar las tinieblas 
de los llantos más amargos 
dormidos entre las sombras 
y por extraños barrancos.




Y salí de aquel abismo
degollando el negro pánico
y detrás de mí quedaban
aquellos piadosos llantos, 
los que se oían de cerca, 
los que se oían lejanos, 
¡oh pobres siervos cautivos 
caídos por ambos campos!




También he visto fusiles
y sangre bañando el barro
de aquel gran fusilamiento:
aquel primero de mayo.




Me dejó caer el aire 
sobre la alcoba del mago
y al ver dos cuadros de Goya
y dieciséis de Picasso,
y “Las tres Gracias” de Rubens 
y “La Gloria” de Tiziano,
se adentró un resplandor 
iluminando los cuadros, 
más diez ángeles del cosmos 
sembrando celestes cantos.



La alcoba se hizo cielo 
aniquilando el quebranto
para encender un edén,
aposento y paraíso,
en el lugar de los llantos.




Aquí duerme el gran poeta
que ha sido puro y profundo,
cándido, dulce y humano.



¡Qué lindas, bellas alcobas, 
de aquel escritor extraño,
caminante de caminos,
de los caminos del llanto
y de las sendas sin besos
y de los caminos largos,
caminos de tantas sombras, 
caminos, siempre caminos,
largos, ásperos y amargos.


Javier Rodríguez Vergara, SOTAVENTO

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