lunes, 23 de noviembre de 2015

  









                              QUISIERA SER EXTRAÑO




Por un  momento quisiera,

yo quisiera ser extraño,

de tu florido jardín,

de tu bosque plateado,

plantarte amapolas lindas

y lirios rojos y nardos,

y destilar sus perfumes

entre tus bucles dorados,

cabellos que son hechizos

y sedas de los amados,

y el tinte de tantas flores

escribirlo yo en tus labios,

dulcemente con mi boca

y el éxtasis del abrazo,

entonces vería el cielo,

con mis dedos en tus párpados,

uniéndome yo a tu pecho

para sentirme atrapado

por tu boca seda pura,

bajo un beso prolongado,

y dejar este recuerdo

en un  rincón solitario

y que nadie lo supiese

sólo el silencio y tus manos

que puestas en mis mejillas,

y tus labios en mis labios

dejando caer el mundo,

en nuestro escondido espacio

y luego se marcharía,

el huerto y el hortelano

quedando grata leyenda

cuyo recuerdo sagrado,

de una poeta y sibila

y de un trovero lejano.




Que dejando un sueño vivo

sobre un rincón solitario,

y en las sombras taciturnas,

donde el silencio descansa


   

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