domingo, 12 de abril de 2015



LOS DIOSES DE PIEDRA
               
Por los caminos oscuros,

las miradas, los mares,

los campos perdidos,

sin luz las edades.


Los templos de piedra,

las bestias, las lanzas,

los llantos del viento,

y la Santa Compaña.


Los dioses de piedra,

sin ojos, sin habla,

templos de un tiempo,

los castros con lastras.


Las sombras, las doñas

sin espíritu ni alma

los vientos se reían

como brujas encantadas.


Los muertos quedaban

en las piedras labradas,

mas el viento escribía,

aquellas desgracias.


Del hombre y  la bestia;

la era oscura y milenaria.


Se derriban los templos

de las diosas paganas,

se derriban las piedras,

en los tiempos de hadas.


Ya están los cruceros

en Galicia sacra,

y el cristiano acude

al cristo que abraza.


Al Cristo de  piedra,

al Cristo de tabla,

al Cristo de hierro,

al Cristo de plata. 


A todos los cristos

de la lluviosa Patria,

sobre sus caminos

de soledad santa.


Se derriban los dioses

de piedras clavadas,

y se alzan los cristos

en las sendas del alba.


Y también las cruces

sobre las torres altas,

y se ven las rojas,

y se ven las de Malta,

y se ven las latinas,

que dominan patrias.


Mas la luz de la luna

en noches calladas,

alumbraban cruceros

en Galicia sacra.

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