ADIÓS GAVIOTA MÍA

Adiós gaviota mía,

paloma de mis poemas,

ya nunca más nos veremos…,

jamás por la misma senda,

ni te cantaré baladas

ni te contaré más penas. 

 Y los llantos de mi alma

morirán entre las peñas, 

entre los juncos que lloran

y entre las frías arenas,

mi vida ya está enterrada

aunque tú no lo comprendas,

y las naves de mi hastío 

se han ahogado y hundido,

con sus palos y sus velas.

Si en tus escritos pusieras

lo que tu piensas de mi,

que gusto y placer te dieras

a satisfacerte así, 

 pero también que supieras

y en el fondo conocieras,

lo que yo pienso de ti.

-       

 Adiós gaviota mía,

 paloma de mis poemas,

 ya nunca más nos veremos…,

 jamás por la misma senda,

 ni te cantaré baladas

 ni te contaré más penas.

VERGEL AMADO

Las lentas y tibias brisas van con el alma del río

y los pies en el agua y la lisa pantorrilla,

y se ve un espejo y la ancha superficie

que invade todo el vergel mas todo en calma chicha.

Baja hasta el fondo la nutria más bella y divina,

y en las lejanas peñas se ven las algas y maravillas

y la muñeca vestida de Eva, se sumerge para subirla,

hacia la barca de mi alma y en la peña se acuesta

y el aire masculino y caprichoso la besa y la mima.

Y el viento se calla y el silencio mudo a paso lento vigila,

mira, observa a la doncella en sus remolinos del agua limpia,

y sale de su escondrijo y huye por las sombras frías,

y el susurro del bosque me sostiene el alma pura y serena

entras las gotas de la dulce lluvia me miran y me besan,

marcaran mi destino arrastrando yo a mi pecho,

y en mi soledad cautiva tengo yo sangrientas tinieblas.

tierra tiembla mas no tiene ojos para alcanzar

el el misterio de la idea donde el jardín se duerma,

pero de pronto me llega ella de la aguas del río

se abraza a mi pecho y llora la peña y ella muriendo,

me besa y me dice: bésame antes de morir,

bèsame amor, bésame dulce amor mío.

  SER DISTINTOS

¡Ai, meu querido amigo,

canto temos que contar

neste profundo camiño!

+

Aspiramos ao amor

inclusive o escribimos,

deixando no esquecemento

o gran amor fidedigno.

+

Canto temos que contar,

compañeiro, meu amigo.

+

Mais ás veces intentamos

intentamos ser distintos,

pero sempre decaemos

no de sempre, niso mesmo,

naquilo que non facemos

e o seguimos repetindo,

+

deixando ese gran amor

que tantas veces sentimos.

Isto pasa por ser fracos,

por non querer ser distintos

cos nosos menesterosos,

enfermos, sen acubillo.

+

Así somos, compañeiro,

así somos, meu amigo.

Fracos, cegos e tolleitos,

tolleitos en non facer 

ese ben aos desvalidos.

+

Mira ti canto che falo,

e mira canto che digo, 

mais eu son coma os demáis, 

mais quixera ser distinto

e conseguir ese ben

que tantas veces o sinto,

e sinto petarme á porta

+

e nunca lle dou abrigo,

nese intre que eu o choro;

mais quixérao ter comigo

para cumprir o que falo

de verdade, meu amigo.

+

Gustoume o que mandaches:

paz, amor e agarimo,

cunhas verbas perfumadas

que só as le o espírito.

+

Moitas grazas, compañeiro,

moitas grazas, amiguiño,

mándovos brancas apertas 

e tres ramallos de bicos,

+

Deica vernos, compañeiro,

deica vernos, meu amigo,

felices festas dous mil sete

e un aninovo prolífero,

cheo de bens e saúde.

+

Ó noso Deus llo pedimos

neste papel que che mando

cuberto de versos tristes,

que levan no vento sangue 

e unha presiña de bicos. 

.

Mais xa ves, non queda espazo

para seguir escribindo

e falar das nosas cousas,

de prosas e de hemistiquios

e de versos namorados,

daqueles que non dicimos

que son propios do poeta,

dos que teñen cinco almas 

e un delgadiño espíritu.

                                                             Fco. de Sotavento