Vientos de mis congojas porqué azotáis el canto de mi sirena
y me derramáis en llantos porque yo quiero quererla
y amarla hasta las profundidades más recónditas de la tierra.
Dejadme libre para llevarla hasta mis islas y hasta mi selva,
yo quiero quererla, ¡Oh! amada mía, entra por mis arterias
por las puertas de mi alma y por las murallas de mis penas
ven y encáuzame por tus arenales y senderos de tus cejas.
Caracola mía tu eres para mí una inmaculada sirena,
la espuma blanca, los remolinos y la imagen pura de la belleza.
Esponja de mis ojos, fecunda mía, eres para mí toda mi fortaleza,
y el río más caudaloso que a mis entrañas llega.
Bonita mía, brisa cándida de mis almendrales agua de mi boca,
manantial de mis estrellas, lluvia cálida de mis veredas.
Que vuelo tan bello tomaremos en el alba los dos al cielo
de la mano iremos y abriremos las puertas de la gloria y el paraíso
moriremos en el sinfín de nuestro amor y en la llanura eterna.
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