Dulce mía manantial
de mis aguas cristalinas,
te meces y revoloteas
en los dulces mares que yo amo.
mientras tus arcos aires
haciendo divino puente en mi pecho;
yo estoy hambriento
de tu ternura amada mía y de tu bahía.
Tengo el empeño de seguirte
amando en mis entrañas
y ya eres la perla de mi vida
y el susurro que ardía
en los poros hechiceros
de mis noches desangradas.
No sabes dulce mía
lo que yo sufro penando dí a día
hasta quebrantarme
en las negras sombras solitarias,
deliro, sueño y muero
me desintegro en melancolía.
Son tus ojos bellos
mis sublimes melodías
con místicas miradas,
y mi hambrienta alma
que está sedienta
de tu boca salivada,
y así vivo yo muriendo
día a día con mis ansias enamoradas.
Siglos llevo penando
y siglos pasaron y sigo
amando a mi zagalita,
a mi diosa, mi princesita,
mi hermosura y crepúsculo
y mi alborada.
Fenezco yo en ti,oh,
mujer querida,
eres mi tierna doncellita,
y languidezco en mi locura
mi niña buscando tu boca para besarla.
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