VOSOTROS
Vosotros corredores de
mensajes,
inquisidores de palomas
y bebedores de sangre.
Vosotros águilas de bronce,
maquiavelos de los fraudes,
malversandores de fondos
como de nuestros caudales.
Que gloria tan deshonesta
dejasteis en las edades,
vosotros sois fratricidas,
armadores de desastres.
Ahí os quedan los hechos
en esas viejas ciudades,
Guillotinas, horcas,
garrotes,
fusiles, puñales y sables.
Que hidolatría de ogros,
que decisiones de ases.
Vos oirés los oráculos de
Dios
cuando la conciencia
y la razón os abracen.
Vosotros mercaderes de carne
¿cuántos dragones teneis
en vuestros corrales?
No tocareis el pábilo del
divino manto
de quien os mira desde con
sus mirares.
Hartaros de esas carnes
y de exóticos manjares.
Vosotros cabadores de fosas
y enteradores de mártires.
Vuestra es la tierra
manchada de sangre,
de los humildes,
de los cobardes
y de todos los débiles,
inscritos en las verdades.
¿Por qué seguis torturando
a vuestros semejantes?
Huireis de la tierra
cuando todo se apague,
mas la bestia se rie,
se rie, hasta del aire,
de los que besan estrellas,
y lloran sus libertades
y piden que la razón,
que por una vez se alce.
ESTE ES UN POEMA SOBERBIO
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