- EL AMOR QUE ME AHOGA
- Veo la luna en los verdes campos
- y en los tapices floridos del cielo
- los volcanes con sus cráteres
- y sus dientes comiendo tierra.
- El agua desbocada del río
- tiene avidez de besar tus labios
- y de adorar tus ojos bellos zafiros
- ojos de mi alma y vereda mía.
- Está lloviendo
- y goteando dentro
- muy dentro de los llantos míos.
- No puedo con el viento
- que azota las pupilas de mis penas
- y la mar loca que destroza
- los panales del real amor
- el amor que me ahoga.
- El amor que me sepulta
- en los abismos de mis soledades
- y me derrama la sangre
- de la vida que vivo solo
- y en mi soledad viva.
- Ven tu ¡Oh! ventolina mía,
- luna inmaculada y callada estrella
- Llamad, a mi amada
- que se la llevó el viento
- a la más lejana galaxia.
- Tu ¡Oh! fragata mía
- enarbola la bandera
- de nuestro sublime amor
- que llegue a hasta las puertas
- del alba verde y parda
- para verla en el aire
- y dentro de los perfumes
- de tus odoríferas amapolas.
- Tu, ¡Oh! mariposa
- quiero verte venir
- ver que vienes hacia mí
- por los campos de mi alma.
- VEN PRONTO, LA VIDA SE ACABA
- Qué feliz me has hecho hoy
- cuando la luna asomaba
con el timbre de tu voz
y el canto de tus arpas.
Tú eres mi ángel celeste
la diosa de mis montañas
mas cuánto daría yo
por llegar a tus cabellos de ágata
y a tus pupilas de estrella.
!Oh! viento de mi fortaleza
gracia mía, tutela de mis batallas
arráncame esta nostalgia
que me envenena y me mata.
Sálvame y entrégame
los bucles de sus cabellos
para adosarlos en mi cara
por mis labios y mis dedos
y por todas mis entrañas.
Despliégame esta soledad
que yo tengo y que padezco
en el silencio de mi alma.
No sé qué diera yo,
para poder jugar contigo
en las playas solitarias,
en las costas de este amor
y de lozanas miradas.
Pero el destino es burlesco
devastando a mi cabaña,
y ahora al paso del tiempo
me entrega a mi dulce amada
sobre mis bosques floridos,
como la más bella dama,
la dama que tanto quiero
y que jamás se irá del alma
del alma y de mi pecho,
por estar idolatrada
en los poros de mi piel
y en mis ideas grabada.
Oh, diosa mía del aire,
es tu boca de escarlata
son tus ojos de olivo
y las alas de tu alma.
Quiero que volemos juntos
a las más altas montañas,
donde vivamos los dos
las grandes fiestas del alba.
Que escribamos con los labios
las leyendas más amadas,
soñando nuestros sueños
cuando el silencio se calla.
Te digo adiós amada mía,
adiós perla dorada,
ven pronto a verme
un día no muy lejano
porque la vida se acaba
y no podríamos jugar
a nuestras cosas sagradas.
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