martes, 3 de marzo de 2015





ERES COMO UN DIAMANTE


A través de la distancia  vivo yo un gran tormento

tormento por esa estrella que me arranca los

ojos por mirarla a sus ojos que imanan desde lejos.



Y la veo en su molino moliendo suavemente sus almendros; 

las mieses florecidas en su prado son las uvas de mi pecho.



Cuánto yo la quiero, Locura, dime qué hago con este amor

eterno porque quiero tenerla conmigo colgada a mi cuello

como un divino escapulario y al tenerla tan cerca,

la beso, la beso y la beso en su arco iris,

qué dulzura es eso que te asciende en el aire

ese amor tan sublime que enarbola como paloma

a ese lugar divino, divinos cielos.



Escucha amada mía te voy a lleva a mis aposentos

y allí serás mi Sibilina y mi alondra que por las noches

sentiré yo tus cantares con tu tenue voz y me sentiré feliz

queriéndote al sentir bellas baladas con tus divinas arpas

y diré yo en tus arpegios divinos cielos que ya se palpan.


Ven a mí dulce amor, muramos juntos en esta dicha

para ser ángeles, diferentes, como lo son las perlas

         de los diamantes

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