viernes, 13 de marzo de 2015






  ¡AH, COBARDE!



Ya se ven blancas palomas

volado por los senderos,

y miles de golondrinas

portando prosas y versos.


 Que se encienda los caminos

y que vengan los agüeros…

¿Porqué los quiero cerrar?

¡Si yo los quiero perfectos!


¡Querida madre!

Cuánta sed tengo de verte,

Y que sed tengo de amarte

Cuánta sed tengo de oírte

Y cuánto madre, de abrazarte.


Abridle pues las puertas a ella

vosotros, ¡ah, cobardes!

Ella tiene por ventura

Hacer de sombras lunares.


Miradla esclavos míos

como por los presos baja,

y que fulgencia es la suya,

que con amor los abraza.


No veis que linda viene,

qué hermosa y qué galana,

como atraviesa la aurora

y cual madre y abogada.


Y ¿quién es esa Señora?

¡de la que tanto se habla!

Es la que parte cerrojos

y nos libera alambradas,

alumbra los pensamientos

y sin intereses te paga.


¡Venid entrad para verla!

¡Venid todos a besarla!

¡Venid todos mis amigos,

abrazad a vuestra amada!

 ¿Quién es pues quién  no la quiere?

¿Quién es pues quien no la trata?

Si de vosotros hay uno

que la mire con desgana,

que enmudezca para siempre

o que huya de su patria.

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