viernes, 6 de marzo de 2015






MI BOCA Y MI ESPADA


Quiero ver las rocas

con espuma blanca,

y sus remolinos

de tus cataratas.



Llévame contigo

a oscuras blandas,

que están en tu pecho

divinas montañas;

no me digas si,

no me digas nada,

vamos los dos juntos,

alguien  que se pasa

sobre tus linderos,

y por tus campanas;

no me digas si,

no me digas nada,

dame de tu boca,

el beso que falta.



Llévame hacia el mar

 para ver las barcas,

para ver las olas,

como ellas cabalgan

y bajar al fondo,

y estar con las algas

y con grises peces,

de cabeza ancha;

no me digas sí,

no me digas nada

pero quiero ir,

hablar co las hadas

que  me den los besos,

que ellas me regalan;

no me digas sí,

no me digas nada

yo me quiero ir,

donde está mi amada,

la que me da besos

y me da su alma,

sangre de sus venas,

esa es mi calandrira;

no me digas sí,

ni digas nada,

solo quiero ir

izar tu mesana,

que  está en tu bodega

entre telarañas.



Súbeme a cubierta

en tu blanda espalda,

sobre tus cabellos

y entre tu garganta,

cerca de tus labios;

mi boca y mi espada,

se quieren fundir

sobre tus murallas,

ni me dices sí,

no me dices nada.


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