Voy a cantarle a mi alma,
que tiene melancolía
y tiene llantos de sangre
por toda la pena mía.
Tiene montañas de besos,
tiene sueños y elegías
y realidades de sombra
por toda la pena mía.
Sus fuentes están sin agua,
sus campos sin margaritas,
su gloria tiene lamentos
por toda la pena mía.
Voy a cantarle a mi alma,
que tiene melancolía
tiene estrellas que claman
por toda la pena mía.
Pobre mi alma dorada,
¡cuántas edades cautiva!,
cuánto dolor enlutado,
por toda la pena mía.
De gemir ya está cansada,
de llorar tiene afonía,
de sufrir tiene cadenas
y de amores agoniza.
Que me aniquilen los vientos,
que me devoren las ninfas,
que me consuman los mares
y arrasen la pena mía.
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