jueves, 24 de abril de 2014

GAVIOTA DE MI INFANCIA



Ave blanca y escribana
de las aguas marinera,
tus versos dejas de nácar
sobre las blandas arenas,
en las vetas de la playa,
en la densa blanca niebla
y en la brisa perfumada
que va besando las peñas.

Ave blanca y escribana,
fiel amiga y compañera,
de las tardes y mañanas,
de las noches viajeras,
de tus vuelos en el aire,
vigilante de mis sendas.

Gaviota, pico largo,
que por la altura te encuentras,
por la popa de la barca
o posada en su cubierta,
donde olfateas la plata
de la barca y la pareja.

Gaviota escribana,
cuanto más blanca más vieja,
pues cuando eres más joven
eres pequeña y morena.

Gaviota escribana,
de mis versos y leyendas,
de mis fónicas metáforas,
de las noches sin estrellas.

Gaviota escribana,
amiga de los poetas,
voladora de mis versos;
de salsa pura y de perla.

Gaviota de mis playas,
de mi infancia compañera,
del crepúsculo iracundo,
y de tardes raptoras

Gaviota de mi infancia,
de mi infancia y adolescencia,
que saltabas en mi barca,
en mi barca blanca y negra,
y comías camarones,
y barbadas de las frescas.
Pero a veces te espantaba
y volvías a cubierta,
a comer tus camarones
y a robarme mis fanecas.

Mas ahora te recuerdo
como amiga y compañera.
Gaviota de mi infancia
de mi infancia y adolescencia.

A veces te veo triste
y a veces te veo enferma,
y tantas veces morir
llena de pena y hambrienta.

Adiós, gaviota mía,
paloma de mis poemas,
ya nunca más nos veremos,
en tus mieles y colmenas. 


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