Tú presencia ángel mío
es suave pétalo de rosa
enredado en mis pupilas
como blanca mariposa.
Eres flor de mis almendros
eres cabaña y eres mi playa
gavina mía de mis entrañas
aunque lejana te abrigue.
aunque lejana te abrigue.
El silencio en mi pecho se agolpa
Ven ayúdame, perla de mis ojos
y sálvame de este terrible tormento
que estoy entre las sombras
y en los infiernos dantescos.
Arráncame dulce amor mío
este llanto que me ahoga
que tanto asfixia mi pecho
por aquello que tanto quiero,
que quiero y que no tengo.
¡Oh! dulce mía, Ángel mío
cúrame con tu sublime caricia
con el deleite de tus besos
y con tus estrellas que alumbran
en las heridas de mis penas.
Gaviota mía quiero que abras
las puertas de nuestro encuentro
que enarboles nuestro amor
que me entregues ese último beso
ese beso que nunca nos dimos.
Fragata mía iza tus mesanas
que estoy en la mar perdido
y no tengo salvamento,
ven a mí a darme vida.
Quiero llegar a tierra
para abrazarte y besarte
hasta sucumbir contigo
en tus brazos y en lo míos
a este amor santo y eterno.
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