La sombra del universo
con unos ojos muy negros
van adentellando la carne,
del pobre y joven mancebo.
Otra sombra que se va...,
apuñalándose el consejo;
es la noche del espía...,
al silencio de sus remos.
Allá por la oscura costa
viene un fantasma en silencio,
viene avanzando sin luz,
como si fuese un murciélago.
Nadie los ve por los cruces,
y si los ven, no los vieron
Señores... si lo sabéis,
¿por qué otorgáis el secreto?.
Que cosas tiene tu villa,
que cosas tiene tu pueblo,
que todos saben quien son
y nadie les echa pecho.
Sigue el fantasma y la sombra
matando a sanos y enfermos,
comprando sangre preciosa,
de los más lindos mancebos.
Todo duerme en armonía,
el pueblo en profundo sueño,
mientras los caballos blancos
se cruzan con los camellos.
Colocan cebada y trigo
y papeles con veneno;
son cucos de guante blanco
y cisnes “negros muy negros”.
Qué cosas tiene tu villa,
que cosas tiene tu pueblo,
que todos saben quien son
y nadie les echa pecho.
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