Qué suerte
del que ama
sin quererse,
del que
sueña por tenerte
y si muere
por amarte,
da la vida
por quererte.
Qué suerte
ser
alfarero de hombres,
de hombres
sobresalientes,
que tengan
corazón de pan ,
y el alma
tengan de aceite.
Qué suerte
que el sol
de vida
a todos por
igual,
de modo
permanente.
Qué suerte
creer en
dios sin verle
y tenerle
por padre,
sin
conocerle.
Qué suerte
sentir amor
y dar
perdón
a quien te
hiere.
Qué suerte
poder amar
y pensar
libremente,
no ser hijo
del diablo,
como aquel,
como ese...,
como los
judas todos,
que por muy
escondidos que estén
todos se
parecen
Qué suerte
que exista
el aire
en el
ambiente,
y en su
aspirar
que te
deleites.
Qué suerte
que el mar,
siga
moviéndose,
no se
desborde,
ni abra la
tierra
en tiempos
breves,
y las estrellas
estén tan
lejos
tan lejos,
tan lejos...,
y estén
presentes.
Qué suerte
que el
hombre
sepa del
bien y del mal
como
fuerzas oponentes,
y vea
dentro del alma
el color de
los caminos,
que cada
una le tiende.
Qué suerte,
que astuto
y que
inteligente,
que el
hombre
sin ser el
más débil
ni ser el
más fuerte,
de los que
le acompañan
en este
valle de muerte,
sepa
dominar a toda criatura
bajo su
albedrío,
caprichosamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario