Tiene la noche
vestidos
a veces de luna
blanca,
a veces alas de
nieve
y azul marina
la capa.
Serena, mansa
es la noche,
la costa
quieta y quebrada,
la brisa
duerme en el monte,
las olas
también descansan.
Cuánta paz me
da la noche
en mi soledad
callada;
mis pasos pisan
la sombra,
pero la sombra
se marcha.
No sé qué tiene
la mar
que siempre me
roba el alma,
hasta me ciega
los ojos
por
contemplarle su cara.
Desde mi más
tierna infancia
mi sosiego fue
la playa;
dulces
canciones del mar,
románticas
serenatas.
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