La noche está llorando
encima de mi pecho:
sus lágrimas son astros
del llanto de un adiós.
Dolor acumulado
se agolpa en mi costado
y el cáliz de mi sangre
jamás se ha de besar.
¡Qué fuerza tan horrenda
soporto yo en la noche!
¡Qué enojo tan cruento
sintió mi corazón!
¡Maldita la distancia
de todo lo imposible!
¡Maldito quien impide
la unión de un gran amor!
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