Enséñame el mar allá por dentro
donde dormita el viento
las montañas de tus palomas
y los mansos besos de tu merced.
Consuélame en los fondos de Neptuno
y en tu catedral ¡oh, diosa del mar!
que pueda ver las lámparas de tu pecho
y todos los tesoros de tus entrañas bien mío.
Instrúyeme capitana mía,
en todos los caudales escondidos
que tienes en tus ánforas del alma
y de tus mansos ríos
y cataratas blanquecinas.
Enséñame tu catedral por dentro
y los hornos más temidos de tu infierno
y envenéname con el salitre de tus besos
y escondámonos para ver
donde duerme el silencio.
Nosotros haremos lo nuestro
a la orilla del fuego
subamos a la cubierta de nuestra fragata
para arbolar nuestra bandera,
la de pata de palo, el sable y la calavera.
El viento corre
para darme el catalejo mío
que veo velas Capitana mía,
prepara los cañones
por las bandas enteras
que vienen navíos encima
y viejas galeras fuego mi capitana intrépida.
Hunde a esa flota con tus llamas y quémale las velas
ya nos vamos mi capitana para tierra
a vitorear la batalla de las galeras viejas
brindemos pues, amor mío por vencer
a las viejas glorias en nuestro mar bravío
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