lunes, 16 de junio de 2014

SANGRE EN EL MONTE



Sombras con ojos avanzan silentes,

el embrujo en la noche abre sus puertas;

entra de blanco mirando los limbos negros.


Un trote de caballos se ven a lo lejos

ruego profundo de ríos de agua en silencio,

ya entra el cortejo y los escudos con ellos,

se ahoga el aire en la soberbia e ira del necio

y al abrir el sol las estrellas lloran y le dan aliento,

el viento y el aire y la brisa sostienen peso,

sigue el camino y mira al suelo y muerde el peso,

al llegar al alto monte lo adosan al más vil tormento.


La sangre salta a borbollones de las venas de su cuerpo

y el verbo estar escribe al lo radiante del cielo,

y el grito se eleva por el abismo en suspiro de ruego,

y la noche se oscurece y la tierra tiembla

y la voz del trueno y los rayos luminosos

rompen los pergaminos de todo el universo,

y el airecillo divino ya consumado y el tormento huye,

en silencio se duerme, calla y muere.

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