Se oye una
voz abatida y atrevida
en los
caminos de mi angosto vivir
dolientes
molinos de mis viejos ríos
son en el
viento y colinas en mi pecho.
Voy dolorido
en los campos de mis selvas
en las
llanuras inmensas y ásperas
hechas con
las margas y piedras calizas
que bordean
los contornos de mi pecho.
Quiero que
vengas, tú pajarillo mío
hasta la
orilla de mis verdes veredas
verte cerca
en los olivares celestes
en la cúpula
del cerro de mi vida.
Que vengas a
las siegas de mis trigales
lozana mía,
con el pan en la cesta,
cabello al
viento y calzado de labriega
así te
quiero y te veo, así te sueño
Verte hoy en
los altos maizales silentes
Que llegues
con el trino mío y me cantes
eres el
alivio y consuelo divino
yo peno por
ti por tus cantos al viento.
Para oírte
vengo en las manos del alba
para
llevarte conmigo y morir juntos
para
entregarnos el beso tuyo y mío
en la
alameda de mi vida y la tuya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario