Tú dormida y yo en limbo verde y bruno
las amapolas soñaban en las cuevas
el mismo sueño que la cigarra despierta
que era el mismo sueño que yo tenía.
Tu no te dormías por la brisa fresca,
estabas inquieta en esa noche
titilaban las estrellas en el cielo
por lo que sentía y yo pensaba.
Tu eras mi sueño, al borde de la pasión
allá muy dentro buscabas aquello
muy profundo en la oscura noche
donde el misterio descongelaba.
En los cirros negros se escondía
el secreto de vivir en los cielos
conntigo amada mía, allá en lo infinito
en las playas de tus besos.
Soñaba yo en tus orillas
y al borde de un río despejado
cantaba el ruiseñor y el jilguero
un sublime concierto de besos.
De las estrellas que tienes dentro,
y de tus molinos de viento
lo mismo que tu soñabas
era lo mismo que había en mi sueño.
Te buscaba en las ondas del cielo
las cordilleras de pensarlo
en el misterio de saber
que no es cierto en las miradas
En el silencio en que te veo
te miro en un crepúsculo
cuando la mar se va muriendo
y en la cándida mejilla de tu pecho.
Amor mío, de mis altos cielos,
ven tesoro del aire a mis besos
que tus sueños son los mismos,
los mismos, que yo sueño.
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