miércoles, 17 de septiembre de 2014

EL ROBLE SECO



El  roble se mece y padece sed pero no tiene agua

y sufre por la distancia de poder querer

beber los goterones de la gélida maña,

verde donde ella busca y revolotea para saber

lo interior del crucero que navega sin compaña.


Y solo es ella que cabalga por la sierra de querer

ser lo que nadie quiere, sean verdes o negras, se baña

en su limbo silente, por dentro revuelve la pared

del alma y las águilas cantan bailan y saltan,

en la fiesta alegre de la “parrala” y ya no tiene sed

prque  ella lo es y sus almendros  se callan,

y  el roble seca en su propia tierra al no poder beber, 

pero sus raíces todas agonizan y morirán de sed.



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