Veo la iluminación que espanta
a la luna de mis diamantes
a los cirros del alba y a los carros
que no transportan a nadie
y en los campos de los cielos
veo una flor dormida en los silentes
y se desploman las campanas
y el sonido amargo no besa los aires,
mientras que las retinas
de mis ojos tiemblan
y se nublan de repente
al ver una mujer tan bella
de largo cabello dentro de mis estanques
mas la flor herida apaga la luz
y las velas de las capillas ardientes,
y los aromas de los campos
en silencio desde lejos escriben a sus padres
y mi tristeza y melancolía
se mueren conmigo en el fondo
del mar tristemente,
mas mi alma vuelve con sus melodías
y melódicas arpas en divinas tardes
para mi corazón que solloza
desde el tronco a las ramas muy doliente
y al momento se presenta
una constelación de estrellas y altares
y la vespertina brisa de amor
me besa jubilosa y dulcemente,
y los labios del viento me presenta
una estrella hecha del aire.
Yo me postro ante ella y ella
cae en mis brazos reverentes
y yo la miro a sus ojos
y acariciándola la beso
con mis dos diamantes.
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