domingo, 12 de octubre de 2014

¡CÓMO QUISIERA QUERERTE!



Sin querer, he llegado a quererte; 

sin querer, te quiero permanentemente;

sin querer, te quiero hasta la muerte;

mas, en el momento de conocerte,

si te quisiera querer para quererte

y convertirte en mi dulce amor,

¿cuál sería mi querer 

para saber enternecerte?
  

Yo te quiero hasta morirme,

y aun no queriendo, quiero,

mas este querer que tengo,

más luminoso que el fuego,

si fuese como quisiera...

¿qué terrible amor tendría

si tú quisieras ser mía

del modo que yo quisiera? 



Sin querer, te he conocido

mirándote muy de cerca.
  

No miré para quererte,

mi amor, sin conocerte,

inocente y distraído,

fue cuando tú lo miraste. 

  
En tus palabras celestes,

como en tu verbo encendido,

aquel fulgor se nubló,

aquel mirar me ha vencido.
  

¡Cuánto amor acumulado

tengo en mi pecho escondido!

¡Cómo te quiere mi entraña!

¡Cómo te ama el suspiro!


Ojalá que él sin querer

que en tus ojos ha nacido,

me conquiste lo que espero:

éste, mi celeste amor,

éste, mi cándido sueño,

este gran tesoro mío

que por él vivo cautivo

y todos los días muero.


Mi alma se desespera

y yo suspirando pienso:

¡cuánto querer yo quisiera

y cómo quisiera quererte!   


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