martes, 7 de octubre de 2014

LA FÁBULA DEL FANTASMA



Hace más de cuatro siglos 
que yo he  visto un fantasma
y todas las noches en silencio 
me daba la negra tabarra,
tenía su figura de ganso 
y cuello y cara de grande jirafa.


Al verla yo  me espantaba 
por tener cuatro cabezas o caras,
una para la mentira 
y la otra por ser de mala casta,
la tercera por andar de noche 
mirando por las ventanas,
la cuarta representaba la cara 
de un maestro de enseñanza,
me espantaba su negra sombra 
por sus astutas falacias
de su negruzco  faroleo 
y de su lengua larga y cuadrada.
Sus ojos eran embudos 
y por ellos sus injusticias colaba,
y la  sombra era muy astuta 
cuando chaquetas compraba,
y se las vendía a otras sombras 
que venían de las distancias.

Por  ventura yo tenia un animal 
de leche y se llamaba cabra
el animal me quería con locura 
de manera sublime y desesperada,
tenia en mi, sus ojos de luna 
con celosa llama enamorada
y al venir la mayor sombra 
con una pandilla de extrañas caras,
se nubló de neblina negra 
las cordilleras y verdes montañas
y dentro de la densa niebla 
se perdió la mía cabra.



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