Te persigo en mi fatiga
como el rayo a la sombra
arbolando mi bandera
en los campos de mi amada,
bajo los trinos de ensueño
de sus divinos pajarillos
que me enamoran el alma
y las veredas de mi espíritu,
con sus versos de hemistíquios
que hacen temblar mis torres,
y me rompen las campanas
de mis arterias efusivas,
Y me derriban sus ojos divinos
de alborada vespertina.
Esa es mi fragata que el viento
lleva sus velas henchidas,
y me elevan con orgullo
al verlas como palomas,
volando por la mar serena
mi amada y blanca sirena,
que ya entra en puerto
y la veo vestida de capitana,
y mi alma la ve vestida
con resplandores de estrella,
y ya me abraza y me besa
con efusivo amor la mía princesa.
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