Cuantas veces suspiro
yo por ti
pero sólo distancia
veo,
mas es mi sueño ver deslizar
las tenues aguas de tu molino
y en las espumas de tus olas
verte como diosa y sirena.
Siempre quise encontrar
una copa de cintura moldeada
tragándose la vertiente
que desemboca en el centro de la sierra,
y los vientos desesperados gimen
por ella mas yo
defiendo
a mi amor eterno que vive
entre mis entrañas y llena de amor
mis océanos de oro
y los cañaverales con los escribanos
y amados sinsontes y amantes jilgueros,
amor de mi pecho.
Al sentirte miré a los cielos
y estabas a mi lado como medusa
mas yo te amo sin saber
las fuentes de tus manantiales
y el aroma que se pierde
vuela dulcemente a tu
melena,
de tierra negra y la taciturna
cosecha nace la hierba.
Oh, faro mío, ilumina
con tus rayos a la amada mía
y el timón de mi nave
que me lleve a sus campos libres,
y ella entre en mi puerto con bandera blanca
y en el mascarón de proa
y en el trinquete verde del alma,
ella arbole con sus jarcias de oro,
nuestros eternos
besos.
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