martes, 7 de octubre de 2014

NUNCA DE MI PECHO DECIRTE ADIÓS


En los verdes valles 
yo te vi un día,
llena de hermosura
 llena de esplendor.

Yo te he concebido 
como primavera,
como dulce almendra 
de mi tierno amor.

Y en tus miradas 
siempre enamoradas
te ví lo divino 
como un salmo triste
con amor profundo 
lleno de adoración
y te vi tan dulce 
y cerré mis ojos 
para no llorar.

Así es mi diosa 
la que vi un día,
mirando a mis ojos 
con dulce pasión.
Ven a mi divina mía 
que siempre yo he de amarte,
y siempre he de esperarte 
hasta verte en mi.

Yo trovando quiero 
darte dulces besos,
como debe darte 
cualquier trovador.

Ay, amor de mis cielos 
quisiera adorarte
y así alcanzarte 
para no olvidarte,
y nunca de mi pecho 
yo decirte adiós.



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