Como las flores solitarias
me siento yo a veces,
como el trigal sin grano
mi corazón desfallece
mirando la profundidad
se ve lo que éste mancebo padece,
por un amor que es divino
y a ninguno se parece,
es una estrella luminosa
como un destello silente
que traspasan el llanto mí
y con sus besos me enloquece,
y a si vivo yo en la locura
por este amor que se mece,
en los lagos de mi alma
y en las retinas de mis quereres.
Amor mio, mi tesoro
qué dolor de amor en mi, permanece
y en las ánforas de mi pecho
quiero que tú me consueles,
con tu boca loca y sensitiva
y con ese beso que con sed permanente
que me quite el aliento
y la respiración y quede yo inconsciente,
y así fenezca yo amándote
y por este amor tan doliente
merezca yo un beso tuyo
con la caricia de tus labios eternamente.
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