LAS PENAS DEL ALMA
Tengo una pena en el alma,
que sólo un beso de ternura
o un mensaje de amor bastara,
para hacer feliz a mi espíritu y
y a mis entrañas
que en su tristeza claman,
claman por la paloma mía,
que voló por las montañas,
se ha ido en la tarde fría
con el brillo azul del alba,
tan linda tan bella y hermosa,
la mía góndola blanca,
la mía hechicera y alondra.
Se ha ido, mi paloma:
¡Qué pena yo tengo en el alma!
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